Un ventilador se clasifica como una máquina hidráulica que maneja un gas, normalmente aire.
El ventilador convierte la energía proveniente de un motor eléctrico, de combustión interna o una turbina, en movimiento de un gas dentro de un conducto cerrado o como una corriente de aire dentro de un local.
Por la forma en que manejan en su interior el flujo de aire, los ventiladores son clasificados en ventiladores axiales y ventiladores centrífugos.
El ventilador axial se caracteriza porque el movimiento del aire se genera en dirección paralela (axial) a su eje.
VENTILADOR AXIAL PARA MONTAJE EN MURO
VENTILADOR AXIAL PARA MONTAJE EN TECHO
En el ventilador centrífugo el movimiento de aire se genera dentro de la carcasa en forma centrifuga y lo descarga en forma perpendicular a su eje.
Para el diseño hidráulico de un ventilador, se considera que una partícula de gas esta inicialmente en reposo y que al girar la turbina, le transfiere al gas un incremento de velocidad originando su movimiento.
El movimiento de gas dentro de un ventilador presenta trayectorias y turbulencias complicadas de pronosticar con la teoría, por lo que se realizan pruebas físicas en túneles de laboratorio para confirmar el correcto funcionamiento del ventilador a las condiciones de operación seleccionadas.
Las turbulencias que se originan en el movimiento del gas dentro de un ventilador, provocan pérdidas de energía que determinan la eficiencia del ventilador. Estas pérdidas de energía se transforman en calor, vibraciones y ruidos.
Así por ejemplo, en un ventilador con una eficiencia de 65%, se pierde el 35% de la energía suministrada por su motor en forma de turbulencias, calor, vibraciones y ruido.
